Observarte es mucho más agradable que ver la tele en una tarde de películas, es mejor aun, es como ver la puesta de sol de un día despidiéndose, es como encontrarse con la Luna de frente y verla gigantescamente hermosa y radiante.
Verte silenciosamente y sin decir nada, que nuestros besos sean quienes rompan el hielo, que se comuniquen con ese lenguaje tan natural y emocional. Que crucen palabras, muchas palabras por segundo sin ser escuchados por el resto.
Hagamos de ese lenguaje, el mejor de un mundo en decadencia, ese que solo se siente sin ser escuchado, ese que se siente en el alma, se siente en las venas, en la sangre, en ese órgano llamado corazón y que por vulnerable siente tanto.
Vamos a dar marcha a grandes charlas sin cansancio, que sea recíproco y de un gusto placentero, que no nos falte tiempo y que el mismo se detenga al momento en el que nuestros besos comiencen a platicar despiadadamente y sin cansancio alguno.
Henry Ruiz
08 DE JUNIO 2022
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