Te veo, en la palma de mi mano
como el agua que corre entre mis dedos
o el crepúsculo que duerme en mi abrigo
cuando el sol agoniza en el infinito
donde el mar besa el cielo entre nubes
convirtiendo el amor en profecías
Te miro, en la lámpara que ilumina la noche intensa
alumbrando el libro de los versos
donde describo tu figura con mis dedos
cuando viajo por tu cuerpo con mis ojos
y descubro el manantial de tus anhelos
donde nazco, sucumbo y soy el tiempo
Te siento, en el aire que transforma lo que pienso
cuando, convertido en niño reposo en tu pecho
y mi mano ingenua se desliza por tu cuerpo
para sentir lo cierto del deseo
alcanzando sereno el mar de tus anhelos
Te espero, en la tarde inocente que restaura lo que pienso
entibiando el sol con el brillo de tus ojos
deteniendo el tiempo en el arco de tus labios
donde soy nube, y soy hierba
donde soy simiente, y soy entrega