¿Cuándo he de volver a verte?
Te has ido dejando mi paz inquieta,
y un impávido muro en mi sosiego.
En un amanecer de tristezas,
siento un cálido dulzor siniestro.
Te me has ido, como desaparecen
las brasas del estío en el otoño.
¿Fue vano mi amor en tu deseo?
Con el pecho abierto entregué todo,
hasta la sangre de los sueños,
que irrumpía con su manantial sonoro.
Este despecho tuyo es nube rota
que sobrevuela sin guía ni certeza,
sin la brisa que propicia su traslado
por la luminosidad del cielo eterna.
Cariño de ambición entre el engaño,
amor ambiguo de ala negra.
¿En qué olor buscarte? Rosas o roble.
Tu diáfano cuerpo, en luz ancha,
aún me invoca. De tu fragancia hermosa
emerge tu presencia exacta,
y en maraña tu olor de fuego, brota,
Y tu olor de desnuda tormenta, clama.
¿Cuándo hacia ti he de volver?
¿Cuándo hacia mí retornas? De dolor
y presagios, es la memoria
un cristal opaco y roto.
Mi corazón es puño de ortigas
Algún día donde te halles,
iré a ti cual espectro errante,
y acariciaré tu hondo ser,
luego, velozmente, entre lo arcano
y lo leve, partiré, sin destino ni fe.