Hoy la nostalgia ha tocado con crueldad mi alma,
hiriendo con sus viles espinas la esencia de mi ser.
En verdad, quisiera volver a sentirme como ayer.
Los que miran y me animan, me piden, tenga calma.
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Los miro fijamente, sin creer lo qué de ellos, escucho.
Sus verbos, son palabras que se llevará el viento…
Y son sólo las creaciones de verbos de efímero aliento.
Los oigo, pero sé que oírlos, no me sirve de mucho.
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Es cierto que la sombra de la tristeza me invade
y que, quisiera volver a quererte como ayer;
tener, al fin, la certeza de amarte, sin padecer
y sin que mi índole de mujer seducida, se degrade.
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Conozco lo triste de la ruta de quién no es amada,
seguro en su andar volarán las vagas ilusiones
y se guardarán en su alma, las negadas pasiones,
tal cómo la imaginada Dulcinea, del amor despojada.