Después de algún tiempo
entendí que era mal poeta,
de los de pluma maldita,
de los que quiebran los huesos,
de los que aullan en cuevas,
de los que colman la copa,
de los que escriben poesías
cuando su alma está rota.
De los que todas las noches
dan paso libre al desvelo,
de los que no se arrepienten
tras aferrarse a un anhelo.
De los de rima cansada,
de los de historias nocivas,
de los que duermen las voces
detrás de alguna cortina.
Dany Noche