No hace falta filosofar
cuando se puede repetir
repite el eco, eco, eco
en las cabezas vacías
alimentadas de viejas ideologías
que no promueven el pensamiento
Que triste monocromía:
Entra más fácil un camello
por el ojo de una aguja
que un buen argumento
por el absolutismo absurdo
Gritan ¡pecado!
pecado, pecado, pecado
Y yo escucho eco,
eco, eco, eco