Marisol Pantoja

Tu corazón de hielo

Con los labios cerrados y el alma colgada,

queriendo evitar la caída del inminente estallido.

Cruel y despiadado, el lema que te inunda,

y ya no hay palabras, arrullos, o suspiros. 

 

Se convierten en carnada los cuerpos ajenos,

pretendiendo poseerlos sin ningún remordimiento.

Anhelas calor, pero juegas con fuego,

quemando tu corazón, tu corazón de hielo.

 

No existe esperanza, en aquel mundo ciego,

el amor no existe, y las promesas perecieron.

Su alma fría lentamente muere,

esperando soñar otra vez como un niño

dentro de un cuerpo que a la par perece

con la pupila opaca, y el corazón partido.

 

Ardiente de cuerpo, frío de corazón,

La ilusión se ha marchitado sin aviso,

el piensa que existe una razón.

 

Corazón de hielo, tristemente tendrás,

aunque tu cuerpo siempre al fuego expuesto logre estar.

Pues la única dosis que te puede salvar,

es el amor verdadero, que rechazas sin cesar.

 

Ardiente de cuerpo, frío de corazón,

en sus grietas no crece ninguna flor,

son los surcos esperando resolver la sequía,

una que solo se puede curar con amor.

 

Corazón de hielo tristemente tendrás,

aunque tu cuerpo con calor acogedor logre estar,

porque la única dosis que te puede salvar,

es el amor que a diario rechazas sin cesar.

 

Corazón de hielo, no te enfríes más

que la tibia caricia le devuelva la verdad,

a aquel corazón que por tristeza frío está,

escapando de la idea de volver a amar.