Autor: Maikel Mendoza
Este relato didáctico,
lo Escribí con rima esdrújula,
y Tuve que usar la brújula,
para que así fuese práctico
y no fallar en lo táctico,
de los versos ni un centímetro
respetando así el perímetro,
de octosílabos y décimas
y que no me queden pésimas
por estar viendo el taxímetro.
Este experimento lírico
sí lo lee un académico,
podrá parecer polémico
o de pronto hasta satírico,
siendo un estudiante empírico
de literatura hispánica
les confieso que es titánica,
la labor de aquellos clásicos,
que en las letras no eran básicos,
dominaban su mecánica.
Un escritor filosófico,
oyente de un espectáculo,
al ver un criollo vernáculo,
percibió lo Catastrófico,
oyendo a un coplero atrófico,
cantando versos sin lógica,
porque la era tecnológica,
ha causado un cambio drástico,
cuatro y maracas de plástico,
y un arpa que es ecológica.
Le dije en verbos sarcásticos
a mi compañero histérico:
ese conjunto es genérico!
tiene intérpretes fantásticos
que producen shows elásticos,
pero el quería en el micrófono,
algún canto criollo homófono
a Romero en lo gramático
y Montoya en lo emblemático
cómo había oído en el gramófono.
Me perdonan si mis críticas
ofenden con su retórica,
en la música folclórica
son celebridades míticas,
y en palabras analíticas
no quiero ser antipático,
siendo del folclor fanático,
dentro del contexto histórico,
Don Dámaso es categórico,
y en culturizar fue enfático.
Por conquistar lo foráneo,
el llano cambio su estética,
se perdió aquella fonética,
del viejo canto espontáneo,
que infundía en simultáneo,
la sabana en sus partículas.
Tal vez parezcan ridículas
las críticas en mi crónica
que narro en mi voz afónica,
y que vi por mis retículas.