Armando G.

Mujeres maltratadas, amen

Dios a la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
                                                                       Génesis 3:16-17
 
Parece una maldición
que Dios envió sobre las mujeres
para que se repita por los siglos y los siglos,
cuando el hizo las leyes divinas que regirían a los hombres.
Serán entes que vivirán con dolor,
serán presas del maltrato,
vivirán para ser esclavas del hombre,
serán solo malditos objetos del placer.
Para nosotras no existirá el amor,
solo en libros que nos hacen soñar,
pensar en cuantos de hadas
escritos por los mismos hombres.
En el siglo veintiuno seguimos
siendo vendidas para la esclavitud sexual
por hombres e inclusive mujeres
que olvidan quienes son,
aun hoy tenemos precios en camellos,
cabras, ganado, tierra, dotes,
como antes servíamos
para alianzas entre estados o pactos de no agresión,
Aun hoy en cientos de lugares somos vejadas,
nuestro cuerpo cercenado
por antiquísimas costumbres tribales,
morimos por centenares por ablación femenina
para que no exista el placer en nosotras,
para que solo seamos parte del goce masculino,
solo equipos e instrumentos de reproducción.
Hemos soportado por siglos desde la mirada de odio
que no envía un esposo iracundo,
hasta las mayores atrocidades que se le acurra a un marido
enfermo del sadismo más brutal,
ojos amoratados, labios partidos, dientes rotos
por la furia de los golpes,
hemos sido objeto de golpizas
que no se permiten en los escenarios deportivos,
En otras culturas somos obligadas a cubrirnos
las partes más bellas de una mujer,
el cabello, los ojos, los labios, por los hombres que hacen las leyes,
que buscan el placer en sitios donde pagan por un favor sexual
mientras limita el placer de sus esposas.
Ha sido y seguirá siendo la historia de la mujer,
algún dia ocuparemos el verdadero sitio
que nos corresponde en la sociedad.
Dejaremos de ser solo objetos para el placer masculino,
la reproducción, el cuidado de la casa y los hijos
o toda la vida cargaremos con tan absurda cruz.
 
Por favor Dios cambia tus leyes