Si el Este es tu norte, seguramente vas en busca del sol (Alejandro Díaz)
Oculta entre árboles del bosque
una humilde casita existía,
y un par de ancianitos se veía
caminar solitos por en monte.
Cuando el sol tocaba el horizonte
en cada tarde que moría,
los dos viejitos sonreían
con sus caras curtidas como el bronce.
Su amor a leguas se reconoce,
sus almas en una sola se unían
y siempre juntos compartían
su amor, sus dichas y sus goces.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces
y yo los recuerdo todavía…
¡Ya no se ven!, ¿Que pasaría?
Pues sólo se ve la casita en el bosque.
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