Me encanta acariciar tu hermoso cabello,
Mientras se detiene momentáneamente el tiempo,
Disfrutamos de nuestros preciosos sueños,
Aunque los vivamos, no sólo dormidos, sino despiertos.
Nos ilumina con su tenue y tintineante luz la vela,
Mientras se derrite y llena, con cera la madera,
Nos besamos y abrazamos, juegan en la pared nuestras sombras,
No dejamos de amarnos, de disfrutar nuestro amor en la alcoba.
Fuera de nuestra habitación, comienza una tormenta,
Con el agua que cae todo el bosque se impregna,
La lluvia se matiza con nuestro amor y su llamarada,
Mientras te halago con dulces y preciosas palabras.
Bebí de tu boca tu amor, más no tu silencio,
Quedamos en un eterno idilio, que vive con tus recuerdos,
Estaremos amándonos siempre, aunque el futuro sea incierto,
Nada lo destruirá, Dios lo protege, no puede ni siquiera el tiempo.
No deja, fuera de nuestra habitación, de caer la tormenta,
Mis manos pasean alrededor de tu cadera,
Mientras te abrazo y te beso en ésta noche de primavera,
Donde todas nuestras fantasías se vuelven verdaderas.
“Al estar en tus brazos y sentir tus delicioso labios, escucho una maravillosa orquesta, tengo tu alma ante mí expuesta, me hace llegar amorosos suspiros, toda tu esencia, pura y deliciosa respiro.”