Fueron tantos los sueños que soñamos
que inventamos un mundo muy perfecto;
el que fue de ilusión un gran proyecto,
donde penas y llantos ignoramos.
Sus auroras radiantes dibujamos
separando lo noble de lo abyecto;
y pintado con tinte muy selecto,
en su mar de esperanza navegamos.
Los momentos sublimes que vivimos
eran versos de mágico poema;
que repletos de ensueños escribimos
cual se escribe de amor precioso tema;
porque llenos de luz los dos bebimos
de la gloria su esencia más suprema.
Autor: Aníbal Rodríguez.