Que pretensión tan necia
pretender prohibir,
adjudicarse ese poder
creerse el mejor.
En que basara su locura
de aprehender la verdad,
e imponerla sin amor,
de donde nacerá tal acción.
Mas raro aun,
me parece la recepción,
de tal adjudicación.
Reconozco la pereza,
psicológica de la cuestión,
y el precio excesivo
pagado en tal situación.
Permanecer dormido
como zombi,
deambular mecanizado,
responder programado,
es la triste finalidad
de la humanidad.
Visitar otras realidades
me demostrara mi necedad,
filosofar me despertará
en rebeldía, gratis, descarriada, caótica,
entraré.
Un fuego interior me recorrerá,
y una nueva construcción nacerá.