Aún recuerdo las horas que estuve en tu regazo,
Fueron mis días y mis semanas de honda alegría.
Siempre atento y galante, no pensé que te irías.
Nuestras horas de amor se volvieron triste ocaso.
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Nunca por ti titubeé y menos pensé en el fracaso,
Tampoco, alcancé a ver en tus ojos alguna falsía,
Fuistes atento, caballeroso, y buena compañía.
Y siempre recibí de ti un dulce y cariñoso abrazo.
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Tampoco puedo decir que contigo, injusta yo fui.
Pero, no pude entender el motivo de tu partida.
Me sorprendió el día sin ti, con dolor lo confieso.
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Miro hacia atrás, debo confesar que mucho sufrí.
No quiero entenderlo, pero no tengo otra salida.
Al final, tu boca que pensé mía, se llevó mis besos.