Quiero sentir tus labios
entre los pétalos del beso mío,
amándome.
Quiero sentir los abrazos llenándome de amor.
Quiero sentir tu piel
sobre la mía, entibiándome el lecho.
Quiero sentir tu amar,
emborrachándose del amor mío.
Quiero sentir
que la noche fuere romántica,
muriendo de placer en tu huerto.
Quiero sentir entre mis piernas
la rosa de tu vientre.
Quiero sentir el roce
de tus gacelas
corriendo por el bosque de mi pecho.
Quiero sentir el mirar de tus ojos
en los míos, color melosos.
Quiero sentir bajo la asombra
del florido manzano
el fruto de tu rosal.
Quiero sentir
tu cabeza sobre mi izquierda
y mi derecha que te abrace.
Quiero sentir tus montes perfumados.
Quiero sentir tus mellizas entre mis manos.
-delicioso el vino exquisito
de tu boca bajo la lengua-.
Quiero sentir
el aroma de tus vestidos.
Quiero sentir
que el velo
de tu jardín cerrado
se descorra, cuán delicadamente.
Quiero sentir que tus muslos de seda
se abran para yo entrarme.
Quiero sentir la floración
de tu monte -espigas de trigo rubio
se ericen del amor que os tengo-.
Quiero sentir que te emborraches
de mi cuerpo-amante.
(Salvador)