Por estos caminos
tan sin esperanza,
soñándome entre los pliegues
de tus sábanas,
desconsolado me tienes
ya en tus brazos...
He caído
otras veces tantas
por tu ombligo y alrededores...
¿Estarás conmigo aunque te cueste
aún la vida?
Hay cosas peores.
Muero en el olvido
de otro día
aquí sin ti
que me alivies
en mis sílabas
un poco al menos
el sopor de la herida
que supura en tus narices.
Ay, me rindo,
me rindo
de tus encantos ya presa
en un espasmo que libera
el flujo todo mío interno.
¿No es otro
el que habla
por mí ahora?
De mi caos mental
extraigo estas frases
a que sean
la más pura ensoñación
yo iluso, como un tonto,
y estoy solo
en algún país remoto.