El primer amor!
En una inolvidable ocasión,
amigos soñadores,
nos fuimos al campo,
a disfrutar sus primores.
En plena mocedad,
contentos, nos reunimos
en la esquina de Vidal,
dispuestos a disfrutar
el camino real,
y, así, rendirle culto
a la excelsa amistad.
Trazamos la ruta,
de El Tintero a La Cabaña,
y advino la odisea.
Entre cañaverales
y arboledas,
hicimos la caminata,
y un hito sublime surgió,
al brillar el sol.
Vi una linda margarita,
pura y tierna,
en el florido lugar,
perla del éxtasis
que lucía estelar.
Nos miramos, sonreimos
y quedamos admirados.
Asumimos con afán
la excursión
y ocurrió, que, al hablar,
ella y yo,
quedamos prendados
y nuestras almas
se juntaron.
En ese instante sagrado,
sentí que el amor
había llegado
a la ronda lírica,
frondosa y bucólica,
jardín de simpatias,
flores y alegrías,
alba de la ilusión,
que al son del rubor,
brotó de mi corazón.
Tomados de la mano,
caminamos,
llegamos al río,
ante sus aguas cristalinas
y el verdor del paisaje,
con el sol sobre nosotros
y el azul del cielo,
contemplándonos,
nos besamos.
Esa inolvidable fecha,
sopló una brisa
tierna,
dulce y tropical,
que me hizo sonrojar.
Fue, en ese recorrido
hacia la hacienda,
cuando nos enamoramos
y por vez primera,
nos cortejamos.
Sin ser el plan,
asi sucedió,
en mi tierra natal,
por designio de Dios.
El idilio nos atrapó,
cuán antorcha, nos guió,
y pudimos bordar
una historia de amor.
Nació el primogénito eros,
el de los dos,
tan sublime y digno,
que aún late en mi corazón,
como si fuese hoy.
Una ilusión incipiente,
dio sazón ardiente
a los enamorados,
demostrando
que el primer amor,
nunca se olvida,
nace de repente
y es para siempre