Se te pegan calladas y lucen siempre vacías.
Un remedo macabro de ti
y aún sin cara parece que se ríen
y entonces de niño les temes
Son portadoras de las malas noticias
de las llamadas malditas
la estenopeica copia de mi dónde se guardan las cosas prohibidas.
Y por eso aunque es mi amiga
no sé si odio u amo a la mía.
Pues ahora de anciano
esas presencias eternas
nuestras almas gemelas
son nuestras plácidas compañeras.
Porque a mí como a todos los míos
el mundo ya nos olvidó
Hace mucho que pasó mi mejor momento
Que pude y quise...y ahora queda sólo debí
no fue suficiente mi do de pecho
ya pasé.
Ahora que seco ya casi no como carne
dejé la lujuria y era eso...
lo que me mantenía atado aquí.
Las anginas amarillas,
me hacen escupir agria lejía.
como caduqué ya no soy digno
y nadie plática conmigo.
Resignado callo y todo abuso
he de perdonar...
pues estoy infectado de fragilidad
y con las ganas de vomitar esa rabia
que mejor escupo todo el día.
Ahora que de hecho todo es poco,
que mis hijos se transforman
en buitres frente a mis ojos...
Sí ahora es que aprecio a mí sombra
la único que me mira y que me atrevo a mirar...
pero acepto también,
entre más me estrecho más les temo como cuando niño de nuevo.
Porque otra vez me sonríen
pero ahora con una cara...la mía
señal inequívoca,
de que a mí nuevo hogar me voy acercando.
El día que ésta ingrata se me pegó
es también el primer día que recuerdo
pero entiendo que entre todos...
será ella la última en dejar de tocarme
y lamerá antes de desprenderse mi piel
y le sabrá podrida.
Ella desconsolada y desfigurada
tendrá que encontrar otro lugar para aderirse
Ojalá elija una plácida esquina
cerca de un parque...lo merece.
Y yo...
Yo
Sólo
He de
dejar de
Ser.