Dos corazones unidos:
sal y azúcar, cal y arena,
colores para tu fuego.
Si escasean las palabras,
dulces sean los silencios,
igual que los caramelos.
Si palabras has de oír,
ni ácidas ni tan picantes,
melosas y cariñosas.
Miradas de ojos que brillan,
que también brillen los tuyos,
como estrella que ilumina.
Oscuras sombras te acechan,
con caricias de placer,
y arañazos de pasión.
Las miradas que intimidan,
alejadas y embaladas,
como maleta perdida.