Como yace en el mármol la escultura
esperando al cincel y a la escofina,
sin apurar del éxito su tiempo,
pues el fracaso habita en la impaciencia.
El espíritu latente de musas
espera los versos sean vertidos,
en tintero descansan contenidos
las verdades en toda poesía.
Hecho el desgarro ahí, en la dura piedra,
brillar de tanta tinta derramada,
el desconcierto intenso del fracaso...
paciencia, virtud útil en la vida.
En lo profundo del ser, en mas lo íntimo,
carbón bruto que en diamante se vuelve,
el dolor constante de la herida,
da sentido a las horas mal habidas.
A.B.A. 2016 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires - Argentina