Cuando un amor termina, no es el amor quien muere,
muere el sueño y el alma de quien amar no quiere,
porque es indispensable como el agua y la brisa,
dejar que alguien comparta la lágrima y la risa,
y es que el eco del llanto cuando se llora a solas,
es como un eco triste de mar que hay en las olas,
que lloran por el beso del cielo azul distante,
que es tan inalcanzable como el lejano amante,
que parte y no regresa porque volver no quiere
y al partir no comprende que es su amor el que muere.
Cuando el amor termina la soledad nos hiere,
y es inútil pedirle al corazón que espere,
porque no espera el alma, ni el corazón, ni el beso,
cuando se emprende el viaje del que ya no hay regreso.
Cuando un amor termina un nuevo amor florece,
pues sobre la flor muerta más bella otra flor crece,
y es la ley de la vida que así lo dictamina,
volver a enamorarse cuando un amor termina,
pero la ley no importa cuando en verdad se quiere
y aunque todo se acabe, mi amor por ti no muere.
ANTIGONI