Se fue tan rápido como silencio apagado por el viento,
Con sus delicadas alas de mariposa tierna,
Y su mirada tan dulce como una caricia del alma.
La veía durmiendo a ratos,
Mientras su cabello abrigaba su delgado rostro,
Y me apené al hallarme en medio de su mirada,
Con cada despertar mientras yo de ella me enamoraba.
Se fue tan rápido como caricia de loto sobre las aguas dormidas,
como agua de rio que se marchaba bajo la sombra de un viejo puente,
Como rocío bebido del estambre de un rosal escondido
Se marchó entre el gentío acumulado,
Y las luces de autos aglomerados,
Entre la hora y los minutos que de dulzura se había robado,
Y una vez más la mire,
Mientras frágil y apresurada,
Corría sorteando las miradas…
Porque fue hermosa aquella noche,
Porque fue hermosa ella,
Mientras la miraba dormirse entre el silencio de sus sueños,
Y mis palabras ahogadas.
Me despedí de ella en silencio,
Sin decirle nada,
Ella me vió y se marchó entre la noche fría,
Y el abrazo de mis palabras… cada cuando ella se dormía.