Y te pediría perdón,
perdón por irme de la forma en que lo hice,
perdón por querer abarcarlo todo y no llegar a nada,
perdón por hacerte daño justo con lo que tú más sospechabas,
perdón por valorar más lo que me decían los demás
que lo que realmente estábamos viviendo juntos,
perdón por ser tan fría y contagiártelo,
perdón por no tratarte como merecías,
perdón por no dejarte ser como tú querías ser,
perdón por no ver cuánto me querías.
Y si me perdonaras te abrazaría tan tan tan fuerte
que volveríamos a ser un mismo elemento
y así, toda tuya, nuevamente tuya,
volvería a enredar entre las plumas de la golondrina de tu pecho,
mis pestañas arrepentidas,
esta vez por siempre.