Hay un océano inmenso
allá fuera,
acá dentro.
Es una hora,
un día,
un infinito.
¡Es poesía!
Y me dejo llevar de su mano,
con miedos o sin ellos,
me adentro en su profundo latido,
y en la marea de una mar
serena o inquieta,
en las letras de un verso
roto o locuaz,
sangra gota a gota
cada sentimiento.
Yo le escribí
a la tierra,
a la sangre,
al sol.
Fue de un verso
una canción,
de una canción,
un rezo.
Esta poesía mía
que me quema, arrasa,
nutre, hidrata, llora, canta,
sueña,
añora.
Hace de mis latidos su vida,
desnuda mi alma,
mis emociones,
mis sensaciones...
Se deja el corazón ser,
sentir este baile pegado a la carne
con total entrega,
sin pasos, ni lógicas,
con coraje y valentía.
Sin relojes, ni adioses,
solo compases de la brisa.
Golpes,
Caricias.
Son tus latidos,
son mis latidos.
Mo Anam Cara
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