Brilla débil el halo de una estrella
de un cielo que en adagio languidece,
presagio de una noche en la que aquella
lucerna perezosa resplandece,
y triste se transforma, de tan bella,
en sombra poco a poco y ya fallece.
El astro no es ni estrella ni ventura,
es rayo de camino a la negrura.