Raiza N. Jiménez E.
NEGARTE.-
¡La verdad, es que quisiera alejarte!
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Y es lo que quiero hacer, mi cielo.
Quiero apartarme, por siempre, de ti.
Quiero encontrar en mí alma el consuelo,
Anhelo borrar de mí ese amor que te di.
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¡Ay, mi Dios, como quisiera, no amarte!
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Pienso alejarme para siempre de ti
y decirte que todo fue un gran error.
Es que amarte a ti, es un yerro que cometí.
Entiendo que esas son las cosas del amor.
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¡Ay, cielo, yo no he podido negarte!
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Me consume ahora, una gran tristeza.
Sé que es, por tu insoportable lejanía.
Creo que de tu parte, fue una vileza
dejarme, sabiendo que por tí, me moría.
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Todos los tristes recuerdos me llegan,
pero sólo logro ver tu elegante figura.
Cielo, muchas veces, mis ojos se ciegan.
Sin embargo, mi alma rebelde no abjura.
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¡Yo ya no quiero ni siguiera, mirarte!
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Cuando tus cándidos ojos se me cruzan,
siento un puñal dentro de este pecho.
Es que esos pardos ojos a tí te acusan,
y sé que sólo quieres llevarme a tu lecho.
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¡Señor mío, dejarte a tí, ya yo no podría,
y menos negarte, porque tú eres la vida mía!