ELSA, MI ABUELA PATERNA.
Elsa, así se llamó mi abuela paterna, sus padres y abuelos venían del sur de Italia.Francisco y Carmela eran italianos sus padres, yo supe a través de familiares o amigos que sí los conocieron, se establecieron en un departamento del Uruguay, llamado Treinta y Tres. Pocas veces lo visité con mi padre y más tarde lo haría en plan familiar, con mis padres e hija, Mi padre, como amante del agua, que siempre fue, el río Olimar estaba bajo, por no decir un charco, ya que había habido mucha sequía, hizo un planchazo en el agua. El nos enseñó a esperar que el tábano, cuando está posado en la piel, hay que esperar que incline la cabeza, para matarlo.Al parecer, era en un experto, yo recuerdo que fuimos siendo pequeñas, de ciudad , salimos como espantadas con los gegenes, o mosquitos que andan por ahí además de los tábanos, ya que es una zona arbolada y de pastos al lado del río de agua dulce....
Doña María, creo que era una prima de mi abuela nos acompañó y llevó una tortilla de patatas y unos buñuelos de acelga, para convidarnos, entre y mate y mate los mayores. A nosotras, no recuerdo que nos hayan llevado algo para bajar la comida....
Quizás me haya quedado esa costumbre, de no beber mientras como, tipo camello, aunque mi madre también era así...
Volviendo después de un largo paréntesis, sobre mi abuela Elsa, la conocí poco ya que muere, de cincuenta y cuatro años de cancer de ovarios, yo tenía a penas cinco años. Recuerdo que no entendía bien lo que pasaba, íbamos a verla .Ella estaba en la cama y había mucha gente de visita, creo que la estaban velando antes de que falleciera...
Una vez, como le gustaba salir mucho a mis abuelos, vinieron hasta casa,creo que para dar una vuelta por el cerro lugar privilegiado, de donde se ve prácticamente toda la ciudad, es el lugar más alto que tiene una fortaleza.Se ve toda la bahia,por eso Montevideo, como puerto en la colonización fue tan disputado, entre españoles, portugueses e ingleses, que la sitiaron. Esa vez, mi madre, me dijo andá a convidar a la abuela, la Yaya( como, la había llamado mi hermana mayor, de ahí quedaron el Tata y la Yaya),con unas galletitas, eran importadas, no se veían mucho, venían en una lata. Y yo le dije que raro, la Yaya casi se las come todas, acostumbrada que los mayores por lo general se abstenían a favor, de que era algo más para los niños, las galletitas. Mi madre con cara un poco angustiada, me dijo, bueno está bien no pasa nada la abuela está un poco rara en estos tiempos.....hay que entenderla.....
Lejos estaba yo de entender, pero generalmente mi memoria, funcionó así, lo que no entendía me quedaba grabado a fuego, como memoria fotográfica, llegando a recrear el lugar el espacio y los cinco sentidos.
Elsa, tenía dieciocho años cuando mi abuelo paga la dote a su familia, para casarse, era veinte años mayor que ella, y tenía un cuerpo diminuto, al lado de ella que era de complexión grande, medía más del promedio, en aquel entonces, y metro setenta y tres. Coqueta ella como la mejor, le gustaba ponerse varias pulseras, que le llamaban esclavas de oro y siempre que se movía estas sonaban. También aretes, y como sabía coser, hacía ropa para ella y para todo aquel que quisiera.Mi tía, por ejemplo, se le ocurría que quería estrenar un vestido y ella se lo hacía volando, teniendo la faciliadad de elegir las telas, debido a mi abuelo, que dentro del negocio de ramos generales, también habían telas. A mi padre al ser tan joven, a los dieciocho años casada y a los diecinueve, tenerlo, creo que le costó quererlo.Luego con mi tía fue diferente ya que al ser niña, fue más compinche. Creo que siguió un poco como jugando a las muñecas pero con hijos de carne y hueso.De ella se sabe que sufría, de depresiones, ya que su madre también había dejado todo, para venirse acá con un hombre también italiano picaflor y jugador.....Doña Carmela, tuvo que aguantar muchas, llegó a cocinar para afuera y coser para traer algo de dinero a la casa. Es decir desde hacerse cargo de todos los hijos que tuvo, porque si bien mi bisabuelo sabía remendar zapatos, más andaba en malos pasos, tuvo un hijo fuera del matrimonio Ramón , que era el que más se le parecía ,como suele pasar con los hijos, fuera de la mujer legítima, Mi padre siempre tuvo muy buena relación y fue mi padrino, así como mi madrina fue la señora de un tío abuelo, Heber, que yo adoré siempre y ella a mi Cristina.
Cristina, tuvo dos hijas mujeres, y estaba al frente de una escuela rural, donde mi tío abuelo era maestro. Marchaba como un reloj esa escuela, por ella. Pese que Heber, cuando cobraba el salario, volvía sin un solo peso porque se lo había jugado...Venía silbando, ahí Cristina sabía que llegaba..Mi padre, en eso creo que siendo una familia de jugadores, nunca le atrajo el juego .Hablaba un poco cocoliche, Me contaron que el dijo me voy hay mucha genti a casa, ya que se armaban mesas de juego, donde jugaban al purrete....Oí siempre decir a mi abuelo( que muere cuando yo tenía doce,) o sea que la sobrevivió por mucho tiempo a mi abuela, Vos no sabes nada negra, cuando falte yo, que vas hacer.......El era, el que se ocupaba de la casa,como turco, que era, también rigido , en sus costumbres y tradiciones, el hombre tenía su lugar en la mesa y nadie podía sentarse en su lugar.Hizo que todos los hermanos de mi abuela estudiasen- Los sentaba en el negocio, para que no se distrajeran, y en la medida que iban aprobaban las materias, el hermano le ayudara al más pequeño. Sin embargo, la otra hermana mujer de mi abuela , Yolanda, maestra,( Era lo que la mujer podía estudiar en el interior únicamente,) también le pagan una dote,para que se case.Ella nunca lo quiso y se rebeló, se fue de la casa, se separó y se enamoró de un hombre casado, toda una oveja negra.. En el campo trabaja como maestra rural, mi padre la acompañó y a pesar de no haber tenido hijos , para Yolanda todos sus sobrinos fueron sus hijos, que apañó cuando ella ya estaba en la capital y ellos vinieron a estudiar acá incluído mi padre. Era una suerte de casa albergue, para todo aquel que lo necesitara, En algún momento, mi abuelo le prohibió a Elsa que viera a Yolanda, por temor que siguiera sus pasos,, pero mi abuela Elsa, estuvo muy lejos de rebelarse, jugó a las casitas lo mejor que pudo. Cuando se enferma mi padre, con una fiebre muy alta, que en aquel momento al no haber medicinas, podía morir... quien lo cuida es mi abuelo que le hacía bajar la fiebre poniéndole paños fríos en la cabeza.....mi abuela dormiría.
Asimismo, era una gran cocinera, porque no solo sabe hacer pasta y todo lo que se hacía en aquella época casero italiano, sino que con las señoras de los amigos de mi abuelo turcas, hace maravillas. Era muy romántica y soñadora con su hermano menor Rafael, de jovencitos, ahorraban para ver los artistas de Hollywood, era la meca del cine,Estaban informados de lo que pasaba por allá, a través de las revistas. Heber, en medio de alguna discusión familiar que saltaban los techos , me contó mi madrina, que dijo¿ a qué no saben quien se divorció,? todo el mundo se cayó y dijo Elizabeth Taylor.....Ahí la discusión, terminó en risas, porque nadie esperaba una intervención de ese tipo...supongo que habrán pensado que se iba a referir a alguien del pueblo y salió espontáneamente con esa nueva buena......