Nunca te he podido decir muchas de las cosas que me sorprenden de ti.
A pesar de las duras circunstancias que has pasado en la vida,
fuiste lo suficientemente fuerte para salir adelante y darle lo mejor a tu familia,
Siempre he admirado tu fuerza de voluntad y el noble corazón que tienes.
Me alegra tenerte como padre, no por lo que me pudiste dar,
sino porque me has enseñado, que siempre hay que seguir adelante a pesar de los problemas, de las adversidades y de la escases de los recursos.
Me has enseñado a trabajar arduamente y a valorar cada centavo, no por el valor del dinero, sino porque en cada peso refleja el gran esfuerzo que se pone para ganarlo honradamente. Pero sobre todo me has enseñado que no hace falta llevar una capa para ser héroe, no hace falta tener un titulo para ser un profesional. Tu entereza ha sido un gran motor en mi vida.
Aún recuerdo esas palabras que me dijiste antes de salir de casa la primera vez: “Si no estas cómoda donde vas, puedes regresar a casa”.
Se que no importa si tengo mi propia vida o familia, si soy un fracaso o una triunfadora, o si he construido un palacio, ahora se que lo mejor en la vida es tener un lugar al cual llamar hogar. En el que puedes llegar y ver a papá y Mamá, esa sonrisa en sus caras al verte llegar, es de los tesoros mas preciados.
Gracias por estar ahí cuando te necesito, gracias darme siempre lo mejor, Gracias por ser mi Papá.
Te amo con todo mi corazón y siempre le agradeceré a Dios por tu vida.
Tu hija