Padre no hay... no hubo, ni habrá,
no podías, no sabias,
yo no entendía.
Te resulto extraño este mundo,
procreaste por inercia,
ya que estabas....paciencia.
Odiaste tus creaciones,
una femenina otra enfermiza.
Te creíste inteligente
y lo eras... para la gente.
Te gano el odio
y pereciste,
Ahogado en tu propio llanto,
vacío y solo.
Lo increíble de todo esto
es que mi alma es tan tortuosa,
como lo fue la tuya,
de lo cual se me acusa,
herencia que me dejaste
en este viaje.
Nadie lo sabe ya,
nadie queda de ese lejano día,
se perdió con tu partida
hasta la mas triste melodía.