Ben-.

En los brazos-.

Se me mueren en los brazos

las madres de todos los ebrios y borrachos.

Cumplo con mi labor diaria de desprecio

hacia los verdugos que anestesian

con su licor putrefacto, a los que un día

fueron monarcas, hoy desplazados.

Se me mueren en los labios las palabras,

las palabras necesarias para nombrar y acoger

en ellas, a los vagos,a los maleantes, a los que no

supieron hacer nada con sus vidas cambiantes.

Se me mueren en los brazos, los que cayeron

en un letargo amargo, lento, decrépito, que fueron

dando largos y serenos rodeos por la existencia,

para llegar limpios de sueños

a la tumba.

Y sus lágrimas; sus lágrimas también me asoman

por los bordes de las comisuras propias, por los codos

me asoman, me cubren, me agitan todavía. Son precisos,

cien, doscientos, trescientos de esos codos violentamente

arrebatados a los pupitres, de esos niños abandonados

como escoria en los vertederos de la sociedad.

Antes de cerrar los ojos, debo de dar testimonio

de todo esto-.©