En la calma del monte cercano
plácidamente el guerrero dormía
Su amante desprejuiciada a su vera
con mirada voraz apreciaba sus
atributos viriles
No podía Ella sustraerse al deseo
que su hombre despertaba
Con sus delicadas manos de seda
de caricias comienza a colmarlo
El dragón encendido su fuego a su
dama prontamente somete
Despliega la total envergadura de
las alas la hembra desmayadamente
al vuelo se entrega
Su sexo una hoguera la del dragón
alimenta
Fuego que llegará a ser brasa cuando
Ella le haya dado la gracia de sus orgasmos
#PoetaUrbano