Te he vuelto a ver,
pequeña mariposa,
y te seguí.
Fui con tus alas
alegres, cantarinas,
por los senderos.
Hasta una iglesia
que al borde del camino
tú me mostraste.
Allí buscaste
la rosa de mis sueños
en un rincón.
Y la tomé
temblando, entre mis dedos,
muy suavemente.
No la corté,
me dije que siguiera
dando alegría.
Su colorido,
de rojo carmesí,
me estremeció.
Besé sus pétalos
y dije, sin palabras,
que te quería.
Luego escribí
un verso, en el poema,
mi mariposa.
Y se animaron
tus alas de princesa
por ser mi amiga.
\"Vuela, te dije,
y llévame contigo,
quiero soñar\"
Rafael Sánchez Ortega ©
20/06/22