Como hiedra venenosa
fue tejiendo sus enredos,
acercose como amiga
confidente y lisonjera,
siempre atenta a mis pesares,
siempre al tono,
con palabras elegantes.
Yo creyendo en sus embustes
tan ingenua como un niño
que se deja convencer
y que cree en la inocencia
del amigo
hasta que demuestre lo contrario.
Fué tan triste comprobar
tantas mentiras,
comprender que pretendía
acercarse a mi para dañarme.
Hoy que veo en perspectiva
cómo fue tejiendo telarañas
para hacerme fracasar
y alejarme del amor que me rodea,
ya su labia no me engaña
y comprendo que es envidia,
sentimiento despreciable,
siimple envidia...solo envidia...
el vil sentir que hay en su alma...
Hoy estoy agradecida
pues la vida
con sus idas y venidas
siempre enseña su lección.
Hoy comprendo que el amor
puede ser de mil maneras
y que a veces implica una elección.
El pasado ya pasó
y no puede ser cambiado.
El futuro está en espera
y quizás lo que deseas
llegue si es que tiene que llegar
pero debes valorar
y vivir muy plenamente
lo que te ofrece el presente,
no dejar que los de afuera
con su maldad interfieran.
Hoy aprendo la lección
que finalmente me dieron
esos perros de mi sueño
y la amiga traicionera,
de defender ante todo
el tesoro del amor.