La noche, puso llorosa,
el llanto del ancho cielo;
la lluvia, trajo consuelo,
a una familia amorosa.
Las gotas sobre la rosa
caían después al suelo;
la noche, puso llorosa,
el llanto del ancho cielo.
Y el llanto no es poca cosa
si un alma vuela hasta el cielo.
Y aquel duelo y desconsuelo,
poniendo el alma nubosa
la noche, puso llorosa.