DOÑA HIPOCRESÍA
Me recibes ¡oh! con un beso en la mejilla,
adulándome y regalándome pleitesías,
sonriendo alegre, con un gesto amable,
de unos ojos tan vivaces y adorables,
Con abrazos efusivos, que se van al vacío.
Un amigo de verdad, es como la mejor célula,
ante el peligro, acude presto a tu defensa,
siempre dispuesto a darte las dos manos,
apoyándote, con todo el peso moral de amigo.
Los hipócritas, son los judas del momento,
van sumisos, a la misa, a golpearse el pecho
rastreros e infelices, que viven del chisme barato,
que al menor descuido, te apuñalan por detrás,
para apartarte con mentiras, del círculo social.
Tienes una lengua venenosa, como la serpiente,
vas regando infamias y contaminando el aire,
recuerda que tus palabras son un boomerang,
que tarde temprano, te atrapara en tu laberinto.
La envida produce el cáncer en tus neuronas,
falsedades que algún día serán descubiertos,
intereses personales que todos sabrán detestar,
una farsa de doble cara, que pronto conocerán.
¡Oh! doña hipócrita, símbolo del mal del hombre,
recuerda que la veracidad, es apreciada y valorada,
honrando, valorando y demostrando con hechos,
pues, la verdadera amistad, conlleva felicidad interna,
reconocimiento espiritual del padre amado del cielo.