Sabes que no te extraño a ti
Solo a tu soberbio rostro de niño
Y al rápido contacto de tus ojos
Con mi mirada.
El beso fascinante de tus tercos
Y mojados labios que llegaba
Cada día cuando mío te creí.
Tu abrazo asfixiante y acogedor
En el que protegida siempre me sentí
Pero no te extraño a ti
Solo a tus suaves y serenas manos
Tocando cada parte de mi ser
La humedad de tu cuerpo amoldado al mío
Y tu fascinante olor en mi nariz
El palpitar de tu corazón después de llegar ahí.
Pero no te extraño a ti
Solo a tu cautivadora voz susurrando
En mí oído tus lindas mentiras
Que siempre te creí.