Carlos Eduardo

Sí podrías dejar huella sin pisar a nadie...

 

Tu mariposa tenía alas,

se desplazaba por tu piel,

en ella;

 

naciste tatuada;

 

cuánta alegría,

volaba durante los días soleados;

 

el jardín era una fiesta;

 

en la noche dormía contigo

ya sea en tus manos, tus caderas, en tu sensualidad;

 

 pero sin más,

un día se alejo para siempre

 

está en mi memoria

...