Entramos
A toda velocidad
A un punto del mapa
Un sendero arboloso
Donde ni siquiera llega la señal.
Sumergido en un vórtice de vegetación
Nos adentramos a la magia de la oscuridad
Donde suenan las misteriosas trompetas
Y la luz del sol se ha extinguido.
Y en el núcleo del abismo
Existe una maldita oscuridad total
Un espesor de negrura increíble
Que ningún humano en la faz de la tierra
Ha sido capaz de descubrir aún jamás.
Se siente aterrabrumador
Es un lugar totalmente desesperanzador.
De repente un sórdido silencio aniquilador
Y aquél inquietante vacío tan extenso y perturbador
Como una onda de ecos perdidos en la llanura.
Ya no veo el suelo
No sé si estoy flotando al vuelo
O si mis pies se apoyan sobre algo
El espacio es imperceptible
Eso es lo que sé.
Y de repente
Cuando creí estar solo
En éste abismo empantanado
Salen a la superficie de la brea del subsuelo unos seres desamparados de lodotierra
Clamando perdón y suplicando redención
Luego de haber tomado una hinchada e inmensa bocanada de aire
Como si sus pulmones marchitados hubieran estado desterrados por una eternidad en la penumbra.
Aullan peligro
Arden como combustible encendido.
Y escuchar ese doloroso chirrido
Arde todavía más.
Hacia nosotros se avecinan
Cual de mil vil estampida
Acorralándonos...
Sus penas y suplicios se deshacen
Con el lodoso y desesperado contacto
De las diez mil manos y no se cuántos dedos arrastrados.
Se está tornando insoportable
Debemos encontrar una salida
Y salir de aquí pronto...
Si la luz nos espera.
Un destello de luz a la distancia
chispa de esperanza efímera
Caminamos sin avanzar
Una falsa ilusión eterna
La interminable agonía de la tortura
De la soledad muerta.
.
.
.
Condenados por siempre a anhelar a inalcanzable distancia la luz del sol desde la profunda desoladesesperación de la oscuridad en una larga e interminable brazada deseosa de contacto pero sustanciosa de nada.
.
.
.
La luz no espera
La luz no vendrá
Simplemente...
La luz nunca ha existido.
.