En esto se resume la vida:
Hombres en casa, hombres sin casa,
Mujeres sin vida, sin luna, sin suspiros.
Muertos en vida, vida de muertos, sonsos despertares nocturnos
Y banales pasos sin luz, ni sombra.
Sillas sobre cerámica, ancianos sentados,
Ojos sin vista, oídos sin tímpano.
Tacto falseable, nariz sin olfato:
¿Sentimos la realidad? ¿Qué es la realidad?
Los sin casa dicen que es el rumbo,
Los efectos fugaces de las drogas sin salida,
Los amaneceres bilientos y violentos.
La vida es, para ellos, sus andares hasta el horizonte
Y desde el horizonte a \"casa”.
Los anhelos insaciables de bienestar, calidad humana,
Calidad de vida: vida misma.
Los \"en casa\", en cambio, ven la realidad desde sus ventanas,
Desde las alcobas, sus cámaras, sus fotos.
¿Dónde quedó el ver con los ojos, sentir con los pies, tocar sin barreras?
Los sin casa, además, están cansados de sentir con los pies,
De ver con sus ojos, sentir con su piel.
¿Y si cambiamos por un ratito?
¿Y si disfrutamos la vida?
Tejamos esos bosques, fuentes, caminos,
Sembremos esos árboles, flores, valles que devuelvan la vida.
¿Dónde está la vida?
Tampoco la encuentro.
Desde aquí, mis andenes callados.