Cuando el corazón dictó
que abandonara el hogar
el mundo se bautizó en espera
la mañana se transfiguró en mañana
la infancia se convirtió en anhelo
La memoria se convirtió en ayer
guardando en el alma los prados y los árboles
el río que abrió la poesía con su pureza redimida
el jardín que recitaba sueños
con mariposas descubriendo la libertad
No abandoné la casa,
en ella guardé el corazón ardiendo de deseos
de volver a la brisa fresca, entre nardos y cipreses
asido a la mano del abuelo
construyendo espacios en la vida
para que habitaran los sueños
Volveré a mi pueblo
Abrazaré la montaña
besaré su aroma
descubriré mi alma
jugaré en la plaza
recorreré las calles
cantaré al viento
amaré sin prisa
viviré de nuevo