El culto de mi ser era el cariño de mi padre,
quiera el cielo que toda mi poesía llegue hasta su alma,
que mis versos sean un canto de lira,
y desde el cielo sigas jugando conmigo con tu sonrisa de plata.
Con un lenguaje de los ángeles me enseñaste a volar,
pero nunca podré volar tu vuelo, ni soñar tus sueños,
no tendré la majestuosidad de tu suspiro que borra las tristezas,
la tranquilidad de un ocaso, el aliento generoso de la naturaleza
Ya no estás aquí para tener la alegría de una manzana de primavera,
la fe de los volcanes, la calma de las tormentas,
si tú ya no estás: el viento, el alba, la brisa, traen nostalgias,
por eso brotan de mis ojos lágrimas al sentir la ausencia de mi padre.