Carlos Ojeda

Se dice….que se fue sin prisa.

Se dice….que se fue sin prisa.

 

….y el poeta murió,

nada más triste 

nada más,….

solo llegó con un verso

solo sé va

sin un adiós.

Se dice….  que se fue

sin prisa

se dice, que no se le dió

ni un adiós.

Quien tiene prisa

para morirse,

nadie se detiene

por un adiós.

Los abrazos, besos y

halagos

se quedan,

su perro fiel

aunque presente

no fue invitado,

era el único

que sufría

su agonía 

….presentía su partida,

era el único

que sufría

su dolor.

Ver al poeta

gemir

tratando de llamarlo

por su nombre,

como las veces

que escuchaba

un verso

como las veces

que sufrió

por un Amor.

Cuentan las vecinas

que murió,

….sufriendo,

cuentan las vecinas

que lo mató,

….la falta de Amor.

La daga, larga y fría 

de la indiferencia,

el filo cortante

del momento

no se dió.

Y sufrió,

….en su agonía

solo el perro comprendía,

que está era

una partida,

sin retorno.

Y se esmeró

para que su gemir

sea más fuerte,

que se confunda

con su amo

en su adiós.

Quien puede ser

la responsable,

de arrebatarnos

a quién solo

pregonaba Amor.

Quien puede ser….!

preguntaban las vecinas

por Dios!….quien puede ser.

Y el poeta

cerró sus ojos,

ya huecos y feos

de no dormir,

cuentan que 

pronunció un nombre

que solo su perro

entendió 

y volvió a gemir

lambiendo las manos

del poeta

se echó a sus pies

también…. a dormir.

                Mis amigos.

D.R.A.

Carlos H Ojeda Behr.