Se dice….que se fue sin prisa.
….y el poeta murió,
nada más triste
nada más,….
solo llegó con un verso
solo sé va
sin un adiós.
Se dice…. que se fue
sin prisa
se dice, que no se le dió
ni un adiós.
Quien tiene prisa
para morirse,
nadie se detiene
por un adiós.
Los abrazos, besos y
halagos
se quedan,
su perro fiel
aunque presente
no fue invitado,
era el único
que sufría
su agonía
….presentía su partida,
era el único
que sufría
su dolor.
Ver al poeta
gemir
tratando de llamarlo
por su nombre,
como las veces
que escuchaba
un verso
como las veces
que sufrió
por un Amor.
Cuentan las vecinas
que murió,
….sufriendo,
cuentan las vecinas
que lo mató,
….la falta de Amor.
La daga, larga y fría
de la indiferencia,
el filo cortante
del momento
no se dió.
Y sufrió,
….en su agonía
solo el perro comprendía,
que está era
una partida,
sin retorno.
Y se esmeró
para que su gemir
sea más fuerte,
que se confunda
con su amo
en su adiós.
Quien puede ser
la responsable,
de arrebatarnos
a quién solo
pregonaba Amor.
Quien puede ser….!
preguntaban las vecinas
por Dios!….quien puede ser.
Y el poeta
cerró sus ojos,
ya huecos y feos
de no dormir,
cuentan que
pronunció un nombre
que solo su perro
entendió
y volvió a gemir
lambiendo las manos
del poeta
se echó a sus pies
también…. a dormir.
Mis amigos.
D.R.A.
Carlos H Ojeda Behr.