La amo así, entre lo humano y divino,
con ese universo perdido en su mirada;
como lujuria de amor repentino,
enamorado del misterio de la nada.
La amo así, quizá perdido en su ser
de infinita magnificencia,
como verso que me ha de poseer
embriagado en su propia esencia.
Mas ¿qué sentido tiene
extraviarme en sus ojos enloquecido,
como oscuro universo que se mantiene
en esa eternidad engrandecido?
¿Qué sentido tiene extraviarme en sí algún día,
perderme en la infinidad de su mirada,
como de rima en rebeldía
que no perteneciera a nada?
¿Qué sentido tiene el amarla a usted,
con esa belleza de niña mimada,
en este verso recitado a su merced
perteneciente a esta poesía enamorada?