Prístino, ese miedo que he prohibido,
Los tremores hasta ahora calados
Esos escalofríos una vez olvidados,
Agarraron mi mente como un peón,
Manifestando el poderoso engendro del mal.
Catedral de la oscuridad indómita
Se levantó sobre mí como un gigante, planeado
Robo,
Yo mismo, yo y todo lo que he engendrado!