Muy vigilantes callan mis ínclitas neuronas:
está bloqueado el predilecto “yo poético”,
que las etílicas vides tanat, tan canoras,
den uvas fermentales del alto alud canónico.
Ya duermen los neuro transmisores de mis taos
estética del fervor comunicacional
en el turbio silencio tumultuoso del caos,
oscuras turbulencias de un circo octogonal.
No encuentro muy ardientes las llaves del amor,
circunciso queda el tieso axón del instinto
sin caricias ni besos carentes de estupor;
ir sin brújula, de Minos en el laberinto.
Cuáles los fantasmas de la insensibilidad,
atadura vital que cercena partituras,
petrificados nos lleva la inmunidad
sin luz de neo estrambotes ni bellas criaturas.