Carlos Ojeda

A la luz de tu reflejo.

A la luz de tú reflejo.

 

…. este corazón terco ya no lo puedo contener,  le ha dado por latir más de prisa bajo la dulce ternura de tú mirar.

Imagínate, quiere detener el tiempo, que injustamente deja atrás secuelas que le duelen al espejo. Que buen amigo me resultaste ser, recuerdo como preparé todas mis batallas y siempre frió y calmado celebrastes mis victorias. Me has visto crecer, me preparaste para mi primer beso. Estuviste ahí conmigo al atar por vez primera mi corbata y las modas y los colores no te hicieron cambiar, siempre de mí lado, fiel compañero. No te importo la primera afeitada, la patilla o el bigote; siempre atento a mis cantos, discursos o rezos, tú sí ahí,si ahí esperando los momentos que se hicieron eternos.

A la luz de tú reflejo aprendí a mentir cuando al tasar lo que veía seguí viendo que contemplaba el principio y el fin del universo. Y es ahora, ya viejo y cansado, te diré que ya no me impresiona lo que veo, y tu persistes en esgrimir el mismo argumento como respuesta que  refleja la mentira. Ya no nos interesa saber la verdad más bien toleramos que se nos mienta por que en esas aguas sabemos nadar.

Nuestra actitud será la mejor trinchera, ahí nos parapetamos y damos la mejor pelea 

Un puñado de ideas….

Una red vieja llena de huecos por donde se me escapa la ilusión de tener a quien tú sabes es mí ultima ilusión. Que difícil es tejer de viejo! …ahora a nuestro sueño lo acompaña una oración para que la mujer decida atraparse y no quererse ir haciéndose mi complemento.

Tendrá ella que obrar de una y sin miedos, que a mí como zorro viejo no se me han olvidado las mañas, sólo he perdido el pelo.

Quien me iba a predecir pidiendo ayuda o seré como Sancho Panza, vano en la excusa…. si el Quijote de Cervantes necesitaba ayuda, no lo sé…. a mí no me la pidió.

Por eso, que prisa hay  corazón, sabes que hablaré de ti! ….de cómo me mimaste, me envolviste en sueños y recuerdos, que perdíamos el aliento entre besos, abrazos y más besos. Que nomás inventamos! …todavía me recuerdo.

Que alboroto de sentimientos, que reguero y desorden dejaremos atrás, tal vez como evidencia de este amor que fue nuestro tormento.

Si pudiéramos volver a esa primera mirada, si pudiéramos ver al amor en su inicio, yo que te conozco, sé que haríamos las cosas diferente. Y tú, mi amigo no me vayas a decir nada, recuerda que tú eres solo…. mí espejo!

                 Amigo mío.

D.R.A.

Carlos H Ojeda Behr.