Mi rostro se estrella contra la pared,
Mis cabellos se enredan en tus dedos
La furia que nace de tu boca,
Dejan sin sentidos mis oídos.
Antes mi pecho se agitaba al verte llegar,
Y en tus manos unas rosas,
Ahora el miedo se apodera al ver tu regreso,
Si antes rosas hoy son ortigas.
Grite en todas partes,
Mi llamada de auxilio las escucharon todos,
Soluciones vagas que no llegaban
Mientras yo y mis retoños,
Hundidos en un manto de pavor.
Solo levante mi cabeza atolondrada,
Una hoja pulcra iluminada,
Se cruzo en mi mirada nublosa
Que luego llego a mis manos
En forma desesperada.
Y cuando me basureabas a tu antojo,
Y yo como mierda me sentía,
Crucé en tu pecho la hoja iluminada,
Y vi como te encogías.
Apretando tu pecho para la vida sostener,
Tu último suspiro lo pude percibir,
Fue el que se llevo mi presidio juvenil.
Tu cuerpo flota en un mar,
Sus aguas rojas lo dejan quieto,
Solo te miro limpiando mi rostro
Que también esta empapado de lamento.