FUGAR ENCUENTRO
Cuando te marcha mi suspiro te acompaña, con la mi mirada extasiada de las señales que dejas tu presencia. La cama, aún desecha, divulga la desnudes de los cuerpos, y las sabanas huérfanas de ti quedan.
La rebeldía se ensancha en mi mente, ¡nunca! Volverá la espera, ¡pero! Rápidamente, lo sustituyo por ¿Cuándo volverás? Todo un sin sentido se amontona en el corazón descosido, que grapa tras grapa, intento recomponer.
No pasa ni un minuto y estoy vacía de tu ausencia “me odio por ello” cuando vuelvo a llamar, tu voz suena amable, distinta a los días anteriores, que sonaba amarga. Quizá es debido a nuestro fugar encuentro.
El tiempo queda en pausa, hasta la próxima oportunidad de la nueva licencia, donde las sensualidades deje impregnada mi piel de tus aromas, desprendidos, generosos, recompensado la espera.
Y la cama queda como en un cuadro de un gran pintor, dibujada con sus mejores paletas,
El fugar retorno, pasa, amoratando de desánimo la espera, las lágrimas consume el anhelo, callando mi boca, el lamento y mi voz, la queja