Que me impide...
Decir sin herir,
o callar sin hablar.
Poner los huevos acá
y chillar por allá,
como la mama tero
en su clásico accionar.
Balbucear mi verdad
y aullar de ansiedad.
Huir sin mas
y guardar además,
heridas encarnadas
en mi alma desdichada.
El mismo ciclo he de jugar,
como el girar del hámster
ruedo y ruedo en el mismo lugar,
a la noche y al amanecer
y lo se, y lo sabes.