Atrapado en la salida del túnel,
vi por primera vez la luz.
A los pocos metros giro mi cabeza,
miro hacia atrás y veo la oscuridad
donde viví toda mi vida.
La oscuridad se ve más clara,
pero cuando miro hacia delante
y veo la luz, me confunde;
miles de caminos salen de ella
en diferentes direcciones.
Pero ninguno es tan claro,
como la claridad de la oscuridad a la
que yo estoy acostumbrado.
Yo sé que me he acostumbrado demasiado
a la oscuridad y cada vez que pienso
en eso, siento que hago daño
a muchos seres queridos
al darles un poco de mi luz,
alejándolos así de su camino.
Sé qué cruzar la línea de la luz
les da miedo, incluso a mí.
Compartir esta luz
les ha causado mucho dolor,
mi sueño es que ellos no se alejen
de la luz, de no ser así,
a mis amigos de la infancia y mi juventud,
tristemente, no los volveré a ver.
Prefiero la verdad, a que me mientan;
que digan no me darán la espalda,
que me seguirán, cuando yo sé que
tendré que seguir mi camino
solo sin recuerdos.
No debo dejar que
esto, ablande mi corazón.
Tengo que acostumbrarme
a los que se van y no vuelven
y a los que se quedan atrapados
en la oscuridad.
Yo tengo por seguro,
que la única que me esperará
al final de mi camino es
mi mejor amiga… la soledad.